sábado, 30 de noviembre de 2013

The Day of the Doctor (by Lya)

Cómo me gusta ser whovian. Tras ver por segunda vez el episodio del especial no he podido pensar en otra cosa. Cómo disfruto. Cómo lo vivo. Qué grande es esta aventura que compartimos merced a la idea formada hace más de 50 años en los estudios de la BBC. Que por cierto, gracias, Gatiss. An Adventure in Space and Time es una auténtica joya. 

La semana pasada vi el especial. Tuve que hacerlo, la ocasión lo merecía, en el tiempo y momento justo. En directo. Viva la tecnología que nos lo permite. Pero creo que los nervios previos, muchos, más una inoportuna fiebre estomacal, no me dejaron apreciar bien la historia, los matices, la idea que Moffat nos planteó y desarrolló. Si os soy sincera -que a eso he venido-, en los días anteriores no pude quitarme de la cabeza un capítulo concreto de la serie moderna. O tres capítulos, más bien. Los últimos de la tercera temporada: Utopia, The sound of drums and The Last of the Time Lords. ¿Motivos? Porque a fuerza de oírnos, de vernos, de sentirnos a todos llamando, pensando y soñando con un mismo nombre, el Doctor, a fuerza de eso era casi como entonces. Como si toda la Humanidad a un tiempo diciendo su nombre pudiera traerlo, finalmente, a la vida. A nuestra vida. 

Y a lo mejor lo hicimos. Porque el Doctor ha estado presente más que nunca. ¿Quién sabe? Who knows? Who knows.



Pero lo que os decía. En el aquel entonces de hace una semana, el recuerdo de Martha Jones (quién me lo iba a decir) recorriendo la Tierra durante un año, el recuerdo de todos aquellos momentos, del Master, del Doctor... todo aquello se hizo más presente que nunca en mi memoria. Y pensé qué maravilloso capítulo de aniversario hubiera sido uno con ese argumento. Porque no hay nada más hermoso para el Doctor que la Humanidad. Porque no hay enemigo más igual para él que el Master. Porque no hay batalla más pura que la que se lucha cuando todo está perdido. 

Y entonces vi el especial. Y algo en mí pensó: "ésto no es lo que el Doctor merece en una fecha como esta". 

Yo. Una pro-Moffat de manual, pensando así. Ahí es nada. 

Pero como confío en Moffat más de lo que, quizás, él merece, dejé pasar un tiempo. Para asentar lo visto. Para relacionarlo con el pasado y el futuro. Y para verlo de nuevo con subtítulos, que, seamos sinceros, en estos casos son imprescindibles. Hecho todo esto, hoy puedo decir que he cambiado sustancialmente de opinión. O, corrijo, de sensación. Porque aquello que primero pensé no dejó de ser una sensación creada por la expectación, los nervios y la fiebre que me atenazaba. Reposado todo, las cosas son distintas. 

Tan distintas, que, recuperada, visto el especial con sus subtítulos, visto ayer The End of Time , y leído todo lo leíble sobre el tema, no puedo por menos que decir que creo que Moffat ha sido muy generoso con este especial. Generoso porque, en mi modesta opinión, se ha contenido y ha homenajeado a la época de Russell, ha creado un círculo perfecto entre Ten y Eleven y hasta ha conseguido que la ausencia de Nine no se notase demasiado. (Genialísimo el momento "espero que las orejas no sean muy grandes" de la regeneración de Hurt, por cierto)

Es cierto que no tenemos Master, pero sí lo tenemos porque, al finalizar el episodio, Tenth se dirige a su encuentro. Es cierto que los Zygons no se dejan ser unos monstruos más de la mitología whovian, ni siquiera unos de los más tenebrosos o amenazantes, pero en este capítulo el verdadero enemigo del Doctor es el mismo, y los Zygons no son más que una excusa para desarrollar una trama paralela en este mundo llamado Tierra a la que sucedió en aquel otro llamado Gallifrey. Quizás todo se precipita demasiado rápido, pero la gran Jemma Redgrave (de familia le viene) da verosimilitud y credibilidad a la situación. Digna sobrina de la maravillosa Vanessa Redgrave. Como digna hija es Kate del Brigadier. 

Este especial además es divertido, muy divertido. Imaginad la cantidad de gente que lo habrán visto por curiosidad, por ver de qué va esa serie de la que ahora se habla tanto, que ha salido hasta en los periódicos, y que ahora son nuevos whovians. Como decía aquel artículo que traduje hace unas semanas, no se puede dar siempre satisfacción a los fans veteranos porque lo que estos querrían suele ser contraproducente para el futuro de la serie. Y la serie solo durará si nuevos fans se adentran en su universo.

También me gusta, me gustó desde el principio, el personaje de Billie Piper. Una Rose con aires de River que no es Rose ni es River. Bravísimo, Moffat. Bravo por no abrir un capítulo cerrado que ya se abrió en su momento con aquel tour-de-force de Russell vía "el clon nacido de la mano" tan WTF... Bravo por dejar a Rose en su sitio, por no volver sobre lo andado, por no dar el brazo a torcer frente a los fans. Bravo, bravo, bravo. Porque el personaje es coherente y es conmovedor en su forma y fondo. Bravo.

Sección Tennant. Él mismo lo dice, ha crecido. Es otro. Es el Tenth del final, sin Donna, sin nadie. El Tenth de The End of Time, aunque no nos encaje el peinado, pero bueno, con ese PELO-Octava-Maravilla-Del-Mundo qué menos que variar de look.

Sección Matt. No quiero que se vaya.

Sección Los Ojos de Capaldi. Quiero verle ya como Doctor.

Sección Eccleston: corren rumores de que se ha hecho cuenta de Twitter. Que no viene al caso, pero eso, just saying.

Sección Tom Baker. Qué voz. Qué presencia.

Sección companions: Clara es genial. A Amy ni se la mencionó, más allá de las gafas de Harry Potter. Se vieron fotos de Martha, de Rory, de Susan... Me faltó Donna. Siempre me falta Donna. Donna, ¿por qué nos abandonaste?

Y no quiero liarme más. Simplemente, me ha gustado el especial. Abre puertas, es coherente, encaja en la historia pasada, presente y futura del Doctor, es contenido, no es megalómano ni pretencioso, es divertido y es sencillo de seguir. Tiene mensaje, moraleja. Es una oda a la figura del Doctor, never give up, never give in, nunca abandonar, nunca rendirse. Es precioso, en resumen.

Todo esto, por supuesto, en mi humilde opinión.

Y vamos a tener mucho Gallifrey, eso espero, en las próximas temporadas. Con lo que escucharemos mucho esto:


 

La belleza del planeta naranja, hecha música.

En definitiva, si no fuera por ese día de Navidad que nos aguarda, hoy podría decir que soy una whovian feliz. 

Gracias, Doctor. Por otros 50 años contigo.










8 comentarios:

  1. Me ha encantado tu critica!! Si que es verdad que los que ya hemos visto la serie o por lo menos yo, tenia altas expectativas pero la verdad es que me ha gustado mucho mas, total, tenemos mucho tiempo para ver mas cosas del doctor, no se puede meter todo en un solo capítulo. No se si alguien lo ha pensado pero la trama de los zygons me ha parecido un homenaje a los monstruos tanto de la clásica como de la era de Davies (o como se escriba XP) La verdad es que llevo muy poco tiempo metida en este mundo, desde junio aproximadamente, pero ya me siento parte de el. Gracias por tu critica. Saludos.

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  2. ¡Hola! Me ha gustado mucho tu crítica :) El especial lo disfruté mucho aunque lo volví a ver más de una vez para asimilar todo lo que había pasado. En un par de años se cumplen 10 años del regreso de Doctor Who, ¿no? ;))))

    ¡Saludos!

    http://elblogperdidodelaura.blogspot.com.es/

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    Respuestas
    1. Es verdad, en un par de años tenemos el décimo aniversario de la serie moderna. Hay que celebrarlo también!! Gracias, Laura!

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  3. Gemela whovian!!!! CHAPÓ. Estoy de acuerdo EN TODO lo que has dicho, ¡bravo!

    "Porque no hay enemigo más igual para él que el Master." -> si aquí me niegas que no pensaste aunque fuera por una milésima de segundo en mí, me decepcionarás xD

    "Es cierto que no tenemos Master, pero sí lo tenemos porque, al finalizar el episodio, Tenth se dirige a su encuentro." -> NO LO HABÍA PENSADO PERO TIENE SENTIDO. POR ESO NO ESTÁ ROSE NI NINGUNA COMPANION. POR ESO ESTÁ TAN "HAPPY-BUT NOT REALLY"!!!! OH DIOS MÍO QUE ME DA.

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