martes, 7 de enero de 2014

The Time of the Doctor (by Fluvia)

(En primer lugar, ¡feliz año nuevo a todos los lectores! Esta review tendría que haberla publicado mucho antes, lo sé, pero he estado de vacaciones y no pude terminarla hasta ahora.)

"Everything has its time. And everything ends", decía nuestra querida Sarah Jane en School Reunion y, sin duda, tenía toda la razón. Nada puede durar para siempre, excepto quizá Doctor Who, esa serie que ya lleva 50 años de recorrido y que acaba de despedir al actor número once en interpretar a su protagonista.

Por eso, antes de reseñar The Time of the Doctor, es preciso hablar de Matt Smith, ese gran actor que ha interpretado al Doctor desde 2010 hasta 2013; ¡menudos años! ¡Cuántos grandes momentos nos ha regalado! No negaré que, al principio, no me hizo mucha gracia, tan encariñada como me había quedado con Tennant; tampoco ayudó que, a mi parecer, la quinta temporada sea la peor de la serie de moderna y que me tuviera que acostumbrar a los grandes esquemas temporales tan típicos en los arcos de Steven Moffat. Sin embargo, pronto me di cuenta de que Matt Smith era un gran actor y empecé a querer a su Doctor, hasta acabar como estoy ahora: muy triste por su marcha, debido a que lo considero un Doctor épico y creo que ha marcado una gran diferencia en el desarrollo del personaje.

Así que... thank you Matt!


Y sin más dilación, ¡pasemos a comentar el episodio!



A grandes rasgos, me ha gustado mucho. Admito que me esperaba algo más de "bombo y platillo", al ser la despedida de Matt, pero me he dado cuenta, tras verlo por segunda vez, que eso no era realmente necesario. Como bien dice mi compañera Caléndula, ¿por qué es necesario que tengamos que llorar en una regeneración? ¿Por qué hay que llenarla de drama? ¿Por qué no hacer un episodio equilibrado, que contenga tanto drama como humor, y mantener el balance durante toda la trama? Eso es lo que ha conseguido Steven Moffat: un especial cargado de ambos elementos sin extremar el énfasis en ninguno en particular. Y eso, aunque sé que a mucha gente le ha parecido un error, yo creo que ha sido un acierto: porque nos ha hecho repartir las lágrimas durante todo el episodio, algo que agradezco profundamente. Es verdad que esto ha producido el contratiempo de que el clímax dramático, que teóricamente era la regeneración, se viera eclipsado por otros momentos anteriores; ha sido un movimiento muy arriesgado, dejar aparte el ritmo trepidante típico de los finales de temporada/especiales al que nos tiene acostumbrados, pero yo creo que efectivo, porque ha conseguido que la despedida de Matt se convierta, si bien no en uno de los mejores episodios de la historia de la serie, sí en algo muy agradable de ver una y otra vez, sin miedo a que nos asalten emociones incontroladas cada vez que lo volvamos a ver (como, por ejemplo, si ocurre en mi caso con The End of Time).

¿Por qué este episodio no es tan perfecto y redondo como, por ejemplo, The Wedding of River Song, The Name of the Doctor o The Day of the Doctor? La respuesta ya la he dado parcialmente en el párrafo anterior, pero prefiero desarrollarla aquí: el ritmo ha sido lento, y no estamos acostumbrados a eso. Hemos visto casi 400 años de la vida del Doctor en sólo una hora y eso ha provocado que la mayor parte de fans no hayan conseguido apegarse a la trama. Sin embargo, creo que ha sido un buen movimiento sacrificar el ritmo trepidante a favor de conseguir explicar todos los cabos sueltos en el gran arco que ha consistido la era de Eleven: ya lo comentaba uno de nuestros lectores en un comentario en la review de Caléndula, este especial ha constituido toda una "obra de ingeniería" (cita textual de nuestro lector) en el guión por parte de Moffat, que ha conseguido lo que casi todos (y me incluyo en esa categoría), creían imposible: hacer que todo tenga sentido. Quizá en el primer visionado no llega a encajar del todo pero, en mi caso, en el segundo he conseguido entender todo lo que ha hecho Moffat en este especial. Sin duda, uno de los mejores episodios a nivel de trama que ha creado.

Algo que destaca en este especial, y que no es habitual en los episodios de Moffat, es cuantos elementos del pasado reciente ha incluido: los más obvios fueron las continuas referencias a Amy Pond, cuya personalidad infantil se encapsuló en Barnable; pero también podemos añadir en esta categoría las semejanzas entre Clara y la Rose de The Parting of the Ways, la referencia a River Song por parte tanto de Tasha Lem como del Doctor y, por supuesto, la grieta en la pared y los Silent. Con este episodio Moffat no sólo ha hecho un homenaje a Eleven, si no a toda su era en general; normalmente no apruebo ese tipo de cosas pero, al igual que en The End of Time, en las despedidas un poco de auto-homenaje está justificado. A decir verdad, no pensaba que fueran a volver los Silent o la grieta (sí, vi el trailer y sabía que volverían, pero antes de eso no me lo esperaba) y no me importó que lo hicieran, porque necesitábamos las explicaciones que trajeron.

The Time of the Doctor nos ha traído un puñado de nuevos personajes muy destacables. Entre ellos, mi favorito en absoluto es Tasha Lem, la mujer que ha conseguido que nos reconciliemos con esa Iglesia llena de psicópatas que quería matar al Doctor. Es verdad que Tasha Lem tiene bastantes parecidos con River (buscad 'Tasha Lem' en Tumblr y lo hallaréis lleno de teorías sobre su identidad, tan cercana a la de la mujer del Doctor que muchos sospechan que es River... ¿más material para especular durante estos meses?), pero no por ello se convierte en un personaje menos reseñable. Tasha es otro ejemplo de personaje femenino fuerte, como le gustan a Moffat (no hablemos de Amy, por favor), con consistencia y que no se corta a la hora de desafiar al Doctor (¡ese bofetazo cuando todavía es un dalek se merece pasar a la historia!). Espero de corazón que volvamos a tener noticias de ella en la próxima temporada.

El segundo nuevo personaje ha tenido una vida más breve; estoy hablando por supuesto de Handles. No creo ser la única que se sorprendió cuando vio una cabeza de Cyberman en las manos del Doctor: ¿de dónde había salido? ¿Cómo era posible que no quisiera asesinarlo? Y, sobre todo... ¿por qué la había "adoptado" de compañero? Admito que al principio no me entusiasmó la idea, porque me recordaba demasiado a K9, ¡incluso decía "afirmativo"! Poco a poco, sin embargo, me fui ablandando y reconozco que yo también soy de esas que dejó escapar una lagrimilla cuando murió.


Por último, quien se lució aquí, como hace siempre últimamente (o, mejor dicho, como solía hacerlo *sniff sniff*), fue Matt. Matt y su increíble Doctor al que tanto echaré de menos. No sólo nos ofreció otros dos discursos míticos que se sumarán al de la Pandorica y Akhaten, si no que nos mostró en una hora todo su amplio rango actoral, desde el lado cómico al más dramático. Eleven nos enseñó todas sus facetas para que lo despidiéramos con un digno retrato de lo que ha sido: un loco en una caja, un viejo en un cuerpo de niño, el terror de los malvados y un gran amigo.

(sí, a mí también me pareció innecesaria esta escena, igual que
todo el rollo de la desnudez... ¡pero fue muy cómico!)

Algo que aprecié mucho fue la importancia que dieron a identificar a Eleven con lo que ha sido durante sus temporadas y a relacionarlo con su pasado como Doctor en general. Uno de mis momentos favoritos fue cuando, en Navidad, el Doctor comenzó a jugar con los niños al baile de "the Drunk Giraffe": fue algo tanto divertido como emotivo, y toda una gran referencia a una de las escenas más recordadas de Eleven.



Una de las apuestas más arriesgadas de Moffat para este episodio fue relacionar tan claramente (y deliberadamente) a Eleven con One. No sólo físicamente el Eleven avejentado se parecía a William Hartnell (no excesivamente, es verdad, pero sí que se le daba un aire), si no que el final de la etapa de Eleven estaba destinado a ser como el de su primera regeneración: morir de viejo, aunque fuera en medio de una batalla. Además, incluso se ha llegado a romper "la cuarta pared" ligeramente cuando hemos visto a Eleven tan volcado con los niños, arreglando juguetes y con su 'casa' cubierta de dibujos infantiles: si habéis visto la (estupenda) An Adventure In Space And Time, habréis podido ver que el mismísimo Hartnell se convirtió en un héroe para los niños, con los que tuvo una relación "de abuelo" muy parecida a la que entabló Eleven con toda la chiquillería en Navidad.


Hay tantas referencias que me volvería loca contándolas todas y esto ya se ha alargado demasiado... Me remito a la review de Presidente, que ha comentado algunas más. Sin embargo, no puedo resistirme a mencionar una que nadie ha mencionado hasta el momento...


(No me miréis así... Ya advertí en mi presentación en la sección "Quiénes somos" que estoy obsesionada con el Master).

Creo firmemente que esta referencia (a The Five Doctors), entre otras muchas cosas (por ejemplo el nuevo ciclo de regeneraciones o la frase "me inventé un novio y no es fácil librarse de un androide", que puede ser tomada como una de las locuras del Doctor o que podría tratarse de Moffat referenciando en clave humorística a Scream of the Shalka, donde el Master es un androide), son "pistas" que Moffat nos lleva dejando desde The Day of the Doctor para indicarnos que,  con la vuelta de Gallifrey... el Master reaparecerá. ¿Paranoia mía o verdad? Nos toca esperar para saberlo...

Por último, la regeneración. Ay, no sé qué decir. Sí, yo también pienso que el momento en sí fue demasiado corto pero... admito que me encantó todo el discurso que hizo el Doctor. Fue una declaración de intenciones, una mirada al pasado y otra hacia el futuro, dejando claro que, por muchas regeneraciones que lleve a sus espaldas, el Doctor sigue siendo la misma persona, pasen 50 años o 100. Evidentemente, algo en él debe de cambiar, porque ahora tiene un nuevo ciclo de regeneraciones con las que no contaba, pero yo creo que el olvido momentáneo de Twelve (¿o Fourteen? Me niego a llamarle One, no creo que esa sea la intención de Moffat tampoco) es simplemente amnesia (no sería la primera vez que le ocurre).

Y nosotros, Matt, y nosotros...

En definitiva, The Time of the Doctor no ha sido una maravilla; ha habido cosas que no me han gustado y otras que pienso que se podrían haber mejorado pero, a grandes rasgos, ha sido un buen especial que nos ha demostrado el talento de Matt Smith y nos ha resuelto muchos más interrogantes de lo que estamos acostumbrados.

Por lo tanto, sólo queda decir... Thank you, Matt smith! 

Fuente: [x]

And welcome, Peter Capaldi!

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