No todo el mundo ama a Tenth

Parece complicado, pero es cierto. El Doctor de David Tennant tiene también detractores. Así lo demuestra este artículo de Matt Gavin publicado ayer en www.doctorwhotc.co.uk, cuya traducción os dejamos por aquí. ¿Estáis de acuerdo con este punto de vista?

Mientras Christopher Eccleston trajo de regreso a DW con un espectacular golpe de efecto en 2005, sería justo decir que es la interpretación que hizo David Tennant de la décima encarnación del Doctor la que permanece en la mayoría de las mentes y corazones de los fans. 

Con una presencia constante en los primeros puestos de las encuestas sobre el Doctor favorito, fácilmente se sitúa a Tennant como un Docto icónico, al mismo nivel que Tom Baker como cuarto Doctor. Sin embargo, yo creo que él es un mojigato, hipócrita narcisista que se autocompadece constantemente. Una especie de individuo beato que habla de moral sin importarle si tiene algún derecho a hacerlo. Si yo dijera esto ante la gente equivocada (y temo que es lo que estoy haciendo ahora mismo), tendría verdadera preocupación por mi seguridad personal. Sin embargo, una vez dicho todo esto, sería muy injusto no intentar al menos explicar por qué pienso así. 

Harriet Jones 

Mi disgusto con el Décimo comenzó al final de su primera historia, The Christmas Invasion. Allí, Harriet Jones destroza a los Sycorax utilizando la tecnología Torchwood. En respuesta a este crimen, el Doctor hizo caer a Harriet con seis sencillas palabras: “Don’t you think she looks tired?”.  

Me reitero: Ten se otorga a sí mismo el derecho de juguetear con la política de los humanos para terminar con el ejercicio de una Primera Ministra que, como él mismo había apuntado, llevó a Gran Bretaña a una edad de oro. ¿Qué merecía ese acto? Destrozar un grupo de aliens que había intentado esclavizar la Tierra y que ya habían demostrado que no se podía confiar en su promesa de desaparecer de este planeta en paz, ya que su líder había intentado literalmente apuñalar por la espalda al Doctor apenas unos minutos antes. 

El Doctor alegó que los Sycorax estaban marchándose, pero podrían haber regresado trayendo refuerzos o podrían haber llevado a cabo la misma invasión en otra especie. Ten arrogantemente asume la posición de único defensor de la Tierra, actuando con una frívola agresión contra aquellos que osan a luchar por sí mismos. 

Y esta no es la única ocasión en la que actúa así: ocurrió lo mismo en Army of Ghost, y su actitud hacía el coronel Mace en The Sontaran Stratagem es aborrecible. Yvonne Hartman, de Torchwood, lo resume perfectamente: El Doctor actúa como un señor sobre todos nosotros; asume la autoridad alien sobre los derechos de los hombres. 

Hay una escena cortada que estaba destinada a ser incluida en The Last of the Time Lords, en la que el Master se burlaba del Doctor haciéndole notar que sus últimas acciones habían permitido a Harold Saxon convertirse en Primer Ministro. Creo que es una terrible vergüenza que existiera este corte, porque uno de los grandes problemas que tengo con Ten es que raramente se le echa en cara su comportamiento negativo. Sólo puedo especular sobre lo diferentes que hubieran sido los acontecimientos de Torchwood: Children of Earth si Harriet Jones hubiera sido aún Primer Ministro. 

Para concluir este apartado, incluyo una conversación de Doomsday: 

PETE: Llaman a esta época La Edad de Oro. 

DOCTOR: ¿Quién es el presidente ahora? 

PETE: Una mujer llamada Harriet Jones. 

DOCTOR: Uf. Yo la mantendría vigilada. 

Como si lo de arriba no fuera suficiente, aquí el Doctor juzga una versión de Harriet Jones a la que él nunca llegó a conocer. 

Martha Jones

La marcha de Rose ensombreció al Doctor. Pese a lo insufriblemente petulantes que fueron como pareja en la segunda temporada, no puedo culpar al Doctor por esa tristeza. Aquel que diga que no estaría afectado por la pérdida para siempre (bueno, por dos temporadas) de la mujer que le ayudó a restablecerse tras cometer genocidio, estaría mintiendo. Sin embargo, no creo que esto excuse su francamente pésimo trato a Marta durante la tercera temporada. 

Desde el inicio Marta no iba a reemplazar a Rose. No. Nada de eso. Excepto porque el Doctor ya había plantado su labios firmemente en la boca de Martha y excepto porque el hecho de llevársela con él desde el primer momento sugiere más que el “sólo un viaje” con el que la advierte. Toda esta actitud es un cruel desafío por parte de Ten. No se podía esperar que la amargura del Doctor desapareciera tan rápido, pero la sombra de Rose cae sobre Martha durante toda la temporada. 

No creo que Ten no supiera que Martha estaba loca por él. No es inocente en este tema. Y la pequeña cama en The Shakespeare Code lo demuestra: fue completamente insensible. Como injusto fue llegar a la mitad de la temporada sin que reconociera y admitiera que Martha era su companion. Entre los tres meses vividos en 1913, entre el apoyo al Doctor –quién sabe cómo- en Blink y viajar a través del mundo en The Year That Never Was, Martha tuvo el más duro camino de todas las companions de Ten. A pesar de esto, él nunca la tuvo en cuenta. Bien por ti, Martha, por marcharte. Mucha gente no tiene esa fuerza. 

The Lonely God 

He evitado hablar deliberadamente sobre el Time Lord Victorious porque a pesar de ser un perfecto ejemplo de casi todo lo que no me gusta del Décimo, no tengo problemas con ello. The Waters of Mars es una de las escasas ocasiones en la que las características negativas de Ten son explícitamente enfatizadas. De hecho, puede que sea la única vez en la que no aparece superficial. 

A pesar de sus fallos de carácter, Ten es constantemente representado como si fuera el próximo Mesías: una trágica figura que siempre pierde todo pero que continúa adelante, nunca pidiendo ser agradecido. Esta representación de Lonely God que ha impregnado toda la era de Tennant me molesta más él propio personaje. 

Por comparar, Eleventh mantiene algunos de estos rasgos de Ten, pero, sin embargo, se le trata más como un héroe con fallos. De hecho, la mayoría de la sexta temporada puede ser vista como un ataque contra la imagen de Doctor-Dios que, honestamente, fue demasiado lejos durante la era de Russell T.Davies. 

Su regeneración 

El modo en el que Ten se marchó es un brillante ejemplo sobre cómo no hacer una regeneración. Admitiré que la escena de los “cuatro golpes” en The End of Time me tocó un poco la fibra la primera vez que la vi. Incluso sentí lástima por Ten cuando, después de creer de veras que iba a sobrevivir, llegaron los “tap, tap, tap, tap”. No obstante, esto quedó casi inmediatamente arruinado por la actitud infantil y desesperada del Doctor. Gritar “¡no es justo!” y caer en un berrinche con Wilf, un hombre al que él hubiera estado orgulloso de llamar padre, no le hizo ningún favor a mis ojos. Personalmente, creo que el Doctor estaba aquí tan absorbido por sí mismo como lo está en las escenas de Time Lord Victorious de The Waters of Mars. 

No me obsesionaré mucho con sus infames últimas palabras porque son a menudo vapuleadas sin que yo tenga que hacer nada. Criticaré esa línea de guión desde otra dimensión: mientras que a mí no me gusta el Décimo, a la mayoría le encanta. Mucha gente no apreció a Matt Smith desde el inicio, y creo que tuvo mucho que ver esa última frase. Cuando Ten murmura “I don’t want to go”, la mayoría de sus fans no querían que se marchara tampoco. Se quedaron emocionalmente ahí. Por eso todas las críticas a Matt, cuando de repente apareció como un hiperactivo tonto dando vueltas alrededor de la TARDIS. 

También encuentro su descripción de la regeneración como “sentir que mueres” como increíblemente egoísta. Su envidioso gruñido cuando dice lo de “algún otro hombre va a deambular” en particular me incomoda. Actúa como si ese hombre que deambula no hubiera sido alguna vez él mismo. Es casi irrespetuoso con las nueve encarnaciones que le precedieron.