Como he estado estos meses bastante desconectada del mundanal ruido whovian, no controlo fechas de grabación de los episodios y, por tanto, no sé si mi teoría loca sobre Into the Dalek puede ser cierta o no. Pero ahí voy, a lo loco. ¿No os ha recordado un montón este capítulo a esa serie de la que todo el mundo hablaba a principios de año, a True Detective?
Los que la hayáis visto estaréis llamándome loca y los que no, buscareis de qué va esa serie y, después, sí, me llamareis loca. Pero qué queréis, desde que nuestro Doctah ha llamado al Dalek 'Rusty', en mi cabeza se ha producido una conexión, me he imaginado a Moffat flipando con la historia de los policías en Louissiana y bueno, ya sabéis, todo es posible en Moffatlandia.
Me explico un poco más. Que el Doctor se enfrente a su lado oscuro no es nuevo, que nos hable de la luz y de la oscuridad tampoco. Que nos encontremos a un Dalek que, de repente, se ha vuelto un hippie, ya es más raro. Que ese Dalek vaya por la vida, su vida, diciendo aquello de 'he visto nacer a una estrella y todo es maravilloso y la vida es una tómbola, tom, tom, tómbola de luz y de colooor', pues rarísimo. Aparte de un punto argumental muy interesante, a mí me recuerda mucho a cierto policía del sur de Estados Unidos saliendo del hospital tras haber sido un desengañado de la vida y haberse enfrentado a todo lo peor... Aquí podéis leer (en inglés) su discurso final.
Well, once there was only dark. You ask me, the light’s winning.
Y este policía que habla de estrellas, de oscuridad y de luz que, finalmente, gana, se llama Rust, Rusty para los colegas.
Y ahora vienes Moffat y, si te atreves, me llamas loca por haber hecho el paralelismo.
(Es un decir, Moffat se puede atrever a llamarme lo que quiera, que yo lo aceptaría encantada, señor, sí, señor, una esclava, una sierva...)
Dicho todo esto, me queda poco que añadir. Más que por las fechas puede ser, porque True Detective acabó de emitirse en marzo. Y que me parece genial si es verdad, sobre todo porque no hay ocultación sino todo lo contrario. A fin de cuentas el discurso, en general, de True Detective es muy whovian (con varias capas de sordidez por encima, claro). Pero ahí están la luz frente a la oscuridad, Am I a good man?, esas cosas. Moffat y Phil Ford al nombrar Rusty al Dalek han creado un encantador puente -en mi mente, al menos- entre una de las mejores series del año y nuestro Doctah, que lleva hablando de esos temas casi 51 años. Ahí, muy bien, reivindicando, Steven. Ole tú.
Por lo demás, Capaldi me gana el corazón poco a poco. Qué gran actor, qué salto de calidad para la serie, cuánto echo de menos a Matt pero qué poco pegaría, cierto es, su Doctor en esta serie oscura, azulada, algo fría y, en cierta manera, triste. Hay mucha belleza en este Doctah que se ha enfrentado a lo peor de sí mismo y del universo y ha renacido viejo, cansado, de vuelta de todo, pero infinitamente tierno y loco. Otra vez, es él.
Sólo nos queda por saber quién esa tal Missy. Si la trama de Gallifrey se va a recuperar en algún momento. Conocer más al nuevo novio de Clara -qué mona va esta chica siempre, quiero esos bolsos en mi armario ya-.
Ah, y nos queda conocer a Robin Hood. Que yo, como Clara, fan total. Ya era hora, oiga, de darnos una vuelta por Sherwood.
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